Sumimedical es la Entidad Promotora de Salud (EPS) del magisterio en Antioquia y el Chocó, es decir, es la única a la que pueden acceder los y las docentes de instituciones educativas públicas en estos departamentos. En Tadó, la EPS tiene 460 usuarios, entre titulares (maestros) y beneficiarios. La IPS Sersalud es el centro de salud al que pueden asistir los docentes y sus familias, sin embargo, este tiene pocos cupos porque atiende también población del régimen subsidiado. Además, sólo ofrece servicios de consulta externa.
Si un maestro o maestra quiere pedir una cita médica que no sea una urgencia debe comunicarse con la IPS Sersalud, ya sea por teléfono o asistiendo al centro de salud. Si es una urgencia, el maestro debe dirigirse al Hospital San José, pues la IPS no tiene como prestar este servicio. “Aunque en la IPS me han atendido bien, yo diría que el servicio es regular porque como ahí también atienden al régimen subsidiado, a veces no he encontrado cita y me ha tocado esperar 2 o 3 días”, dice María Ofir Valencia, docente de la I.E. Normal Demetrio Salazar Castillo.
Por su parte, Amanda Hinestroza, líder de uno de los sindicatos de docentes del municipio, dice que la reserva de algunos cupos para los docentes es algo que han hablado con la dirección de la IPS, pero el problema persiste. “Ellos dicen que tienen unos ocho cupos para los docentes, pero si hay un solo médico, no se va a cumplir con eso. Nos dicen que desde las 8 de la mañana podemos llegar y solicitar los fichos, pero cuando el maestro llega ya no hay cupos”.
El proceso se complica cuando el docente debe ser remitido o cuando necesitan una cita con un médico especialista. Usualmente las remisiones son a Quibdó, Istmina o Medellín, donde hay hospitales de segundo, tercer y cuarto nivel. Pero las demoras para asignar las citas y las autorizaciones y la escasez de medicamentos, han llevado a los maestros a cubrir sus propios gastos. Estas son, según advierten los profesores, las principales fallas que tiene la operación del sistema en Tadó:
Transporte: Hace unos años, Sumimedical proporcionaba los pasajes si los pacientes necesitaban viajar a Istmina o Quibdó para las citas con especialistas, exámenes de laboratorio o reclamar medicamentos. En este momento ya no les cubre este servicio de transporte y los y las docentes deben pagar el pasaje con su dinero e incluso para reclamar medicamentos que valen mucho menos que el tiquete. “En muchas ocasiones me toca valerme de terceros para reclamar el medicamento porque para ir personalmente debo pagar pasajes y como mínimo me gastaría 100 o 150 mil pesos”, cuenta Celenia Aguilar, docente de la I.E. Nuestra Señora de Fátima de Playa de Oro.
Cuando se trata de viajes a ciudades más lejanas, como Medellín, los docentes deben solicitar los tiquetes de manera virtual al menos con cinco días de anticipación, con el fin de ser autorizados y entregados al paciente. Sin embargo, esto pocas veces sucede y a los docentes les toca comprarlos y luego solicitar un reembolso, que en muchas ocasiones se pierde en los trámites o por vencimiento de términos.
Citas con especialistas: El problema más frecuente con el que se encuentran los docentes o sus familiares es conseguir citas con los especialistas. Para Amanda Hinestroza, es aquí cuando el proceso se estanca. “La EPS tiene que autorizar eso y nos dicen que llamemos y cuando lo hacemos, nos dicen que ya no hay agenda”, cuenta. “A mí me dieron una cita con salud mental desde noviembre y apenas hasta el martes pasado me atendieron, o sea, dos meses después. Cuando uno va a la cita ya está prácticamente muerto", agrega María Antonia Kuri, docente de la I.E. Nuestra Señora de la Pobreza.
En otras ocasiones, cuando los pacientes viajan a Quibdó o a Medellín a realizarse los exámenes médicos o a recibir algún tipo de atención especializada, les dicen en el centro médico que la cita fue cancelada o cambiada para otra fecha.
Demoras en la entrega de medicamentos: Los y las maestras mencionan que la entrega de medicamentos puede tomar semanas. “Debo tomar un medicamento para el control de la tiroides y varias veces me toca ir y me dicen que no ha llegado, que ya lo habían pedido pero que no había llegado. Eso se extendió casi un mes, entonces como no me daban una fecha exacta me tocó comprar el medicamento”, dice María Ofir Valencia. “Vengo de Medellín de una cita médica y esta es la fecha que no me ha hecho efectiva la historia clínica y estoy atrasada. Yo soy diabética y los medicamentos no me los entregan a tiempo”, agrega María Antonia Kuri.
Pagar particular, la solución de muchos
El mal servicio ha obligado a los docentes a pagar los servicios con su dinero, aunque cada mes les descuenten de su salario los aportes a salud. Los costos varían dependiendo de la especialidad o del tipo de servicio, por ejemplo,una cita con un especialista puede costar 250 mil pesos, a esto se le suma el costo del transporte y de los medicamentos. “Yo estoy pagando deudas de préstamos que he hecho por hacer una cantidad de procesos y de trámites de manera particular. Tenía un dolor muy fuerte que me impedía moverme y me quedé postrada en la cama, necesitaba asistencia. Me mandaron una radiografía, pero al final me tocó pagar una resonancia particular, que costó 1.200.000, pagarle a un neurocirujano una consulta a 250.000 y pagar los medicamentos, porque al ser particular no me los puede cubrir la EPS”, cuenta Kurie.
La IPS Sersalud tiene servicio de laboratorio, pero Sumimedical no tiene contrato para este procedimiento, por lo que algunos exámenes para descartar enfermedades comunes en la zona como el paludismo, deben correr por cuenta de los usuarios. “Me ha tocado pagar hasta 150 mil pesos por algunos exámenes como el del tifo, paludismo y tiroides”, dice María Ofir Valencia.
Las docentes como María Antonia han decidido afiliarse a otras entidades que les dan descuentos en las consultas y donde además pueden conseguir citas más rápido. “Acabo de afiliarme a un agendamiento médico que se llama BUP, donde a uno le dan la consulta con cualquier especialista, de un día para otro; a veces a mitad de precio y otras veces le regalan a uno el 50 o el 75 por ciento. Uno en aras de sentirse mejor le toca hacer el sacrificio”, comenta.
Hay pocos recursos
Carlos Palacios, director de la IPS Sersalud, cuenta que el problema está en lo que paga Sumimedical por cada paciente. “La EPS me paga 31.000 pesos al mes por cada paciente, que multiplicado por 460 (número total de usuarios) es igual a $14.260.000 pesos”, explica. Palacios indica que esta suma es insuficiente para prestar un servicio médico de calidad, pues con esos 14 millones, la IPS debe cubrir la asistencia médica, la dispensación de medicamentos, los servicios de laboratorio y pagar a los empleados del centro asistencial.
Un problema generalizado
El sistema de salud docente funciona de esta manera: como otros trabajadores, los y las docentes aportan a salud, pensión y cesantías y el Estado, al ser el empleador, es el encargado de depositar esos aportes al Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag). Existe una entidad mixta, Fiduprevisora, que es la que administra los recursos del Fomag y la que hace los desembolsos a las uniones temporales que prestan los servicios de salud en el país, actualmente hay diez.
De acuerdo con Nelson Alarcón, líder sindical de Fecode, la Fiduprevisora no está administrando bien estos recursos. “La Unidad Per Cápita (UPC) se gira anticipadamente a cada prestador para que preste el servicio. Hemos identificado unas inconsistencias por parte de la Fiduprevisora y es lo que nosotros hemos criticado y denunciado. Para poder cumplir con las obligaciones del 2023 de salud, pensiones y cesantías del magisterio colombiano hay un déficit de 3 billones de pesos”, dice.
Aunque los y las docentes tienen beneficios al no tener que pagar copagos ni cuotas moderadoras, las fallas continuas en la atención los dejan sin muchas salidas, ya que los docentes no pueden elegir la EPS donde recibir los servicios de salud, sino que son afiliados a las que tengan contrato con el Fomag. Este es el caso de Sumimedical S.A.S, que conforma la Unión Temporal RedVital, y presta los servicios de salud en Antioquia y Chocó.
La reforma al sistema de salud, presentada por el Gobierno al Congreso el pasado 13 de febrero, no especifica cambios al sistema del magisterio, aún cuando el servicio es deficiente. Alarcón indica que Fecode radicó un pliego de peticiones y el próximo jueves se va a instalar la mesa negociadora en el que se tocará el tema de la salud. “Para mirar cómo se le pueden buscar soluciones a las dificultades que hoy tenemos en el servicio médico y asistencial”, puntualiza.