PÓDCAST | En busca de mi padre

Valeria Ortiz Tabares
Valeria Ortiz Tabares

Yo voy es por mi papá. Y yo le decía al coordinador de mesa departamental: "Yo no voy a descansar hasta que recuperen el cuerpo de mi padre."

Valeria Ortiz:  Esto es Voces en primer plano. Un espacio de entrevistas en profundidad donde voces locales y expertas cuentan, explican y contextualizan su propia historia. Les habla Valeria Ortiz, periodista de Consonante. 

Julio César Borrero tenía 13 años cuando asesinaron y desaparecieron a su padre Rafael María Borrero Zambrano. Ellos vivían en la comunidad indígena Pacoa, hoy conocida como La Victoria en el departamento de Amazonas. 

En julio de 2024 la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas entregó el cuerpo de Rafael María Borrero a Julio César y a su familia, después de 38 años. Este es el primer y único caso de entrega digna y oficial de una víctima de desaparición forzada en Amazonas. 

Julio César Borrero: Resulta que esto era un territorio donde había presencia institucional por parte de la Secretaría de Educación, de Salud y por parte de un corregimiento. Pero nunca hubo presencia militar. Ni tenían bases militares ni de policía, nada, no hubo nada. Entonces, en el año 1983 de un momento a otro entró un vuelo con puros guerrilleros. Yo no sé de qué parte vendrían. 

Entonces, ahí comenzó a haber presencia por parte de la guerrilla de las FARC. Se sentaron en el caserío, inclusive hicieron su campamento detrás de la casa donde nosotros teníamos nuestro predio. Y ahí fueron ellos tomando posesión y ya fue creciendo y fue creciendo. Y se dieron cuenta que esto sube río Apaporis hacia arriba llegaban a Miraflores, Guaviare, y también subían a la zona del despeje al Yaguara y a toda esta región ya de los Llanos del Yarí.

Valeria Ortiz: Según la Comisión de la Verdad, el río Apaporis hace parte del corredor Bajo Caquetá que también está compuesto por los ríos Yarí, Cahuinarí, Puré y Mirití-Paraná, cuya desembocadura marca el límite con Brasil. Por lo tanto, este corredor ha sido estratégico para diferentes grupos armados que lo han usado durante décadas en función del narcotráfico, la expansión de cultivos ilícitos y el tráfico de drogas.

Julio César Borrero:Ya empezaron ellos a ganar territorio y los pueblos indígenas y nuestras comunidades empezaron a perder su autonomía, su liderazgo, su gobierno propio de alguna manera, porque ellos ya tenían que estar bajo el mandato de esta estructura ilegal.

Valeria Ortiz: Rafael Borrero era comerciante y se desplazaba por el río Apaporis como parte de su trabajo. Era de Girardot, Cundinamarca y formó una familia con Luz Marina Moreno, indígena Wanano del departamento de Vaupés. Como les mencioné al inicio, ellos vivían en la comunidad La Victoria, junto a sus dos hijos, Jairo Fernando y Julio César. 

A inicios de 1983, Julio César comenzó sexto de bachillerato y fue enviado junto a su hermano al internado María Reina en Mitú, Vaupés en donde debían pasar todo el año y regresar a su hogar solo en las vacaciones. Sin embargo, recibían a menudo cartas de su padre para saber cómo estaban y contarles cómo iba todo en la casa. Pero las cartas firmadas por él dejaron de llegar y ellos no entendían nada. 

Julio César Borrero: Yo estaba muy niño, a mí no me quisieron contar cómo lo hicieron, yo estaba estudiando en Mitú. Yo ya había terminado mi quinto de primaria. Entonces, estando por ahí en  noviembre, ya para terminar el año en Mitú en el internado María Reina, se llamaba en ese tiempo, un internado indígena, yo estudiaba interno… y por una compañera de estudio que era de ahí de Pacoa, ella me dijo: "mataron a su papá." Y me mostró la carta que le mandó la mamá.

Yo le digo: “Préstame la carta, yo se la muestro a mi hermano." Y efectivamente se la llevé a mi hermano Jairo. Y él lo único que me dijo, no me dijo nada, pero se agachó. Se quedó agachado.

Valeria Ortiz: En la casa de Julio no se habló de lo que le había pasado a su padre, ni dónde estaba su cuerpo ni quién lo había asesinado. 

Yo nunca le quise preguntar nada tampoco porque no me sentí como capaz ni ella sentarse conmigo. Yo lo único que hice cuando llegamos a Pacoa, allá salimos de vacaciones y llego a la casa y yo abrazo a mi mamá. 

Valeria Ortiz: Entre 1998 y 2002, aumentó el despliegue de las FARC-EP en el corredor Bajo Caquetá. Crearon el Frente Amazonas y aumentaron el control sobre toda esa región. 

En el 2006, Julio César salió de allá junto con su familia hacia Leticia. Sin embargo, nunca dejó de pensar en su papá ni en la violencia que sufrió su comunidad. Por eso decidió hacer parte de la Mesa Departamental de Amazonas y de la Mesa Municipal de Víctimas Individuales. Fue en esos espacios donde sintió el impulso por querer buscar a su padre.

Julio César Borrero: Yo tomo esa decisión ahorita en el 2018, no hace mucho tampoco, porque yo en el momento no sabía cómo hacerlo. Uno piensa en su papá, en su familiar, yo pensaba en mi papá. 

Pero cuando se me mostraron esas herramientas y cómo se podía hacer, entonces yo me animo. Lo pensé hacer con la fiscalía. Pero sinceramente no se pudo, eso no se avanzó, eso lo archivaron. 

Bueno, entonces yo me asesoré con personas, abogados, con personas que conocían de estos procesos y me dijeron que yo podía aportar con testimonios también, personas que lo hubieran conocido.

Valeria Ortiz: Don Julio no tenía la cédula ni ningún otro documento que sirviera para saber quién había sido Rafael Borrero, su padre, para tratar de ubicarlo e identificarlo. Así que decidió ir a algunas de las fincas por la ribera del río Apaporis a preguntarle a la gente si recordaban a su padre y si alguno sabía qué había pasado con él. 

Allí pudo encontrar una versión de la verdad. 

Julio César Borrero: Mi papá ante todo fue un comerciante muy honesto, muy honrado. En una de esas salidas que hizo mi papá por la ribera del río Apaporis, resulta que había un comandante con el alias del Sarco. Le decían el Zarco, el comandante Ricaurte.

Era una persona joven, pero manejaba un carácter muy explosivo, él no se dejaba hablar. En ese tiempo la guerrilla cometía muchas arbitrariedades en esta región. El que primero hablara era el que tenía la razón, así el otro la tuviera.

Entonces, resulta que mi papá subía mucho por un caño arriba, que se llama el caño Tacunema, que ese caño ya es un brazo del río porque ya sube para el Guaviare.

Entonces lo abordan tres guerrilleros entre esos el Zarco, comandante Ricaurte y le solicitan una gasolina para ellos movilizarse. Lo cual mi papá les dice que ese combustible es para él moverse, porque mi papá era de esas personas liberales, pero también muy bien parada. O sea, un señor que cometió el error de no acceder a lo que ellos dijeran. Él tenía ese temperamento, mi padre era así y él había tenido ya varias cosas con ellos por eso porque a él no le gustaba esa forma como de manipular a las personas, de imponer que tenían ellos en la región.

En vista de que mi papá no accedió a darle ese combustible, el comandante Ricaurte saca su pistola y le pegó cuatro o tres impactos de bala en la cabeza a mi padre.  

Julio César Borrero: Yo voy es por mi papá." Y yo le decía al coordinador de mesa departamental: "Yo no voy a descansar hasta que recuperen el cuerpo de mi padre”. 

Estando en estas mesas fue que yo hago contacto con la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Ninguno me presentó esta entidad, yo ni sabía que existían. Pero lo hice por medio de un link que me compartieron para una reunión virtual que no se manejaba desde aquí de Colombia, eran víctimas en el exterior, eso venía desde Argentina.

Entonces yo participo, me inscribo, me postulo y me dan entrada. Estaban hablando de las regiones que de una u otra manera tienen fronteras. Pues nosotros aquí tenemos tres fronteras, que es la de Brasil, Colombia y Perú, son tres países hermanos. Entonces me pareció importantísimo y comencé a hablar de eso. Me dieron la oportunidad y yo toco el tema de la del río Apaporis donde yo me crio.

Y expongo y pongo en conocimiento toda esa problemática que se vivió allí porque esto siempre ha sido un remanso de paz hasta que hemos tomado las riendas unos líderes en este territorio y hemos visibilizado de que sí hubo presencia y sí hubo conflicto armado y que sigue habiendo. 

Entonces tomo ese liderazgo y ya me hacen el acercamiento, terminamos la reunión virtual y me solicitan, me piden el contacto. Y efectivamente a los 15 minutos de haber cortado la videollamada me llaman, me piden los datos… y ya les explico, yo yo ya tenía los documentos, yo yo he sido muy organizado, investigué, me tocó hacer a mí el proceso de investigación, lo hice yo porque ese caso se lo se lo dimos nosotros a la fiscalía, pero la fiscalía no avanzó.

Cuando ellos me dicen que si yo estaba de acuerdo de entregarles el caso a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, después de que ya me explicaron cómo era y de dónde habían nacido estas instituciones en los acuerdos de la Habana, (en los procesos de paz donde había salido la Comisión de la Verdad, la Jurisdicción Especial para la Paz y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas). Yo les dije que estaba de acuerdo.

Valeria Ortiz: En 2022 encontraron el cuerpo de Rafael Borrero cerca a una comunidad indígena por el río Apaporis. Y en 2024 realizaron la entrega digna y oficial a don Julio Borrero. 

Julio César Borrero: Nosotros cuando ya se coordinó la fecha de entrega, a mí la doctora me preguntaba cómo quería que la entrega fuera. Yo le dije, "Bueno, necesitamos un espacio, un recinto donde se pueda uno sentar cómodo. Yo tenía derecho a llevar a 10 personas entre familiares y amigos. Y yo las llevé, yo las llevé. Llevé a mi suegro, llevé a mi cuñada, que es la gobernadora de nuestro cabildo.

Entonces,  la psicóloga nos reúne antes a nosotros y nos sienta y nos hacen entrar en esa confianza, como preparándolo a uno para ese momento. Pero ese momento es solamente con la familia. Dos psicólogas y la familia, nuestra familia. 

Nos pusieron a hacer unas actividades de dibujo y le dijeron a mis hijos, dibujen a su abuelito.  ¿Cómo les gustaría verlo? ¿Cómo creen ustedes tal cosa? Y les preguntaron si conocían la historia. Claro, el mayor dijo: “Sí, mi papá nos ha contado." Bueno, eso estuvo muy bonito. Muy bonito ahí.

Cuando ya nos reunimos y dice la entrada me dijeron a mí: "¿Usted quiere ver lo que contiene ahí?". Yo sí quiero ver. "Yo quiero ver mi abuelito”, dijo también el pequeñito de 9 años que tenía en ese momento...

Esto que tengo aquí, yo tengo unos colmillos que usted lo alcanza a ver ahí. ¿Sí los ve? Esos son colmillos. Estos que usted ve brillando acá es lo que tenía mi papá en la caja de dientes. Dos chispas de oro. 

Valeria Ortiz: Este es el primer y único caso de entrega digna y oficial de una víctima de desaparición forzada en Amazonas. 

Julio César Borrero: Yo estoy contento, yo no terminé ahí mi liderazgo. No, yo sigo mi liderazgo, yo sigo con ellos de la mano y luchando comunidad por comunidad a ver cómo hacemos para que la gente se empodere o le den esas ganas de decir: "Bueno, yo voy a contar mi historia”. “Yo también tengo una persona desaparecida”. 

Muchas veces no lo hacen por temor. Pero si nosotros queremos que se conozca la verdad y que la paz sea completa, debemos nosotros como población víctima de este conflicto armado también poner de nuestra parte y contar la verdad, decir qué ha pasado porque hay mucha gente que ha callado eso.

Entonces, por ese motivo Amazonas siempre ha sido dizque el remanso de paz, hasta que entramos nosotros a la mesa municipal y departamental y dijimos: “Aquí no es un remanso de paz, aquí han habido masacres."

Valeria Ortiz:  En la base de datos de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas hay más de 130.000 víctimas en el país. Sin embargo, según información de la Organización de Naciones Unidas, se estima que solo entre los años de 1958 y 2016 hubo entre 120.000 y 210.000 víctimas. 

En Amazonas la Unidad de Búsqueda ha registrado 105 personas dadas por desaparecidas.

Don Julio Borrero es una víctima acreditada de la Jurisdicción  Especial para la Paz dentro del macro caso 10, que investiga crímenes no amnistiables, y graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario como homicidios de personas protegidas, desapariciones forzadas, desplazamiento forzado, violencia sexual, y el uso de medios y métodos ilícitos de guerra, cometidos por las Farc-EP durante el conflicto armado. Este 4 de septiembre darán el relato de su padre.

Julio César Borrero: Quiero escuchar la versión de ellos porque los tres que van a dar las versiones voluntarias, todos yo los conocí ya cuando yo ya crecí en El Guaviare. Entonces, quiero escucharlos a ver con qué me van a salir.

Yo le decía a la doctora que a mí me gustaría tenerlos frente a frente, o sea, que sea presencial, al menos denos la oportunidad que en una sola vez sea presencial, que todas no sean virtuales. Muy bueno mirarlos a la cara y mirar a ver. Pues, uno para poder perdonar, uno tiene que escuchar también, ¿cierto? 

Y yo ya perdoné, hace muchos años. O sea, yo sé que me hicieron un daño grandísimo a mí. Yo soy ya una persona de 52 años de edad. Cuando asesinaron a mi padre tenía 13 años de edad, imagínate. Entonces, es doloroso, pero al mismo tiempo siente uno como esa tranquilidad de escuchar a la otra parte y que lo escuchen a uno también. Porque si no, créame que si no se conoce la verdad, la paz es muy difícil de construir así.

Yo soy una persona que yo todos los días cuando tengo la posibilidad porque, hay veces yo estoy muy corto de tiempo con mis hijos. Yo todos todos los días voy con mi hija al cementerio a prenderle su vela. Y la niña es la que me acompaña. Cuando no es mi esposa, que a veces ella también se mantiene muy ocupada, me voy con la niña. 

Pero me siento como bien. Y duró muchos años en un monte por allá tirado donde nadie le ponía una vela, nadie se le acercaba. Y yo he sentido como esa paz en mí. De una u otra manera cambia en uno la forma de pensar también.

Valeria Ortiz: Este episodio hace parte del formato voces en primer plano de El Megáfono.  Les habló Valeria Ortiz, periodista de Consonante. 

Créditos:

Locución: Valeria Ortiz

Guión y entrevista: Valeria Ortiz

Edición: Valeria Ortiz

Ilustración: Camila Bolívar

Coordinación general: Ángela Martin Laiton

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