“La violencia vicaria es el golpe más frío que puede recibir una madre. Es cuando el agresor convierte a los hijos en armas, cuando los utiliza como escudos, como trofeos, como territorio de castigo para herir a la mujer que no pudo controlar”
Ximena Ordoñez, fundadora y directora de la Fundación Colombiana Contra la Violencia vicaria
Valeria Ortiz: Esto es Voces en primer plano. Un espacio de entrevistas en profundidad donde voces locales y expertas cuentan, explican y contextualizan su propia historia. Les habla Valeria Ortiz, periodista de Consonante.
Hoy 25 de noviembre, en el día internacional de la eliminación de las violencias contra las mujeres, queremos hablarles sobre la violencia vicaria, un tipo de violencia de género que todavía no es reconocida en Colombia.
La violencia vicaria hace referencia al uso de los hijos e hijas para amenazar, controlar o hacer sufrir a la madre. Es una forma de agresión que no solo busca causar dolor emocional, sino que también pone en riesgo el bienestar físico y psicológico de los niños, niñas y adolescentes.
En Colombia todavía no es reconocida legalmente como un tipo de violencia contra la mujer. Sin embargo, hay organizaciones de la sociedad civil que se han encargado de darle visibilidad a esta problemática y de acompañar a las sobrevivientes. Este es el caso de la Fundación Colombiana contra la Violencia Vicaria. Ximena Ordoñez, fundadora de esta organización, nos acompaña en este episodio de El Megáfono para hablar del tema, de los retos que enfrentan las mujeres víctimas de la violencia vicaria y de las acciones que debe tomar el Estado para garantizar una vida libre de violencias.
Ximena Ordoñez: La violencia vicaria es el golpe más frío que puede recibir una madre. Es cuando el agresor convierte a los hijos en armas, cuando los utiliza como escudos, como trofeos, como territorio de castigo para herir a la mujer que ya no pudo controlar. Es el cúmulo de violencia exacerbada hacia esta mujer, solo por tres cosas, y esto nos muestra la investigación de diferentes naciones. Estas tres cosas son poder, control y dominio sobre la mujer por el hecho de ser mujer.
En la violencia vicaria utilizando, claramente, por interpósita persona o por sustitución a nuestros hijos. Es una violencia de género en su forma más cruel porque no golpea solo el cuerpo, atraviesa la maternidad. Es un intento de aniquilar a la mujer desde el dolor de sus hijos y por eso merece ser nombrada, comprendida y enfrentada sin titubeos.
Valeria Ortiz: El término de violencia vicaria fue nombrado en el año 2012 por Sonia Vaccaro, psicóloga y especialista española en violencia vicaria. Ella acuñó el término como un tipo de violencia contra la mujer.
Pero primero, entendamos que la violencia contra la mujer, según las Naciones Unidas, es «todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada»
Sonia Vaccaro determina que la violencia vicaria tiene como objetivo, no solo causar daño o sufrimiento a la mujer a través de sus hijos o hijas, sino también controlarla y tenerla bajo su poder.
En una conferencia organizada por ONU Mujeres Colombia, en alianza con la Embajada de Suecia en mayo de 2025, la experta Sonia Vaccaro explicó el origen que dio nombre a este tipo de violencia.
Sonia Vaccaro en la conferencia virtual sobre violencia vicaria: "¿Por qué la denominé violencia vicaria? Tomé vicario como adjetivo, que significa que toma el lugar de otra persona o que la sustituye.
Esto fue lo que empecé a observar precisamente allá por el año 2012 con los relatos de cientos y cientos de mujeres, podría ya decir miles porque de verdad he escuchado muchísimos relatos que decían: “yo ya me separé, pero ahora él está utilizando a mis hijos y a mis hijas para continuar el daño”".
Teniendo en cuenta lo que explica Vaccaro, la violencia vicaria también se extiende al resto de la familia de la mujer, personas importantes para ella e incluso a los animales de compañía. Sin embargo, aunque esta violencia fue nombrada internacionalmente hace más de dos décadas, todavía no es clara ni reconocida en países como Colombia.
Ximena Ordoñez: El reto más grande sin duda alguna ha sido luchar contra un sistema que todavía no entiende. Que aún duda, que aún titubea frente al sufrimiento de una madre que queda atrapada entre despachos, papeles y decisiones que ignoran el contexto de la violencia.
También nos enfrentamos al miedo profundo de las mujeres, ese miedo sembrado por años, por amenazas, por la idea de que nadie las escuchará. Y está el reto de sanar lo que no se ve, el trauma de las infancias, el duelo de las madres separadas de sus hijos, la culpa heredada y la desesperanza absoluta. Cada caso es un laberinto, pero también una promesa de acompañarlas hasta encontrar esa salida.
Valeria Ortiz: La violencia vicaria todavía no es reconocida legalmente en Colombia. Por eso, no hay datos o cifras oficiales de las víctimas.
La Fundación Colombiana contra la Violencia Vicaria es la primera organización en Colombia que se ha encargado de visibilizar este tipo de violencia y acompañar a las sobrevivientes. Fue fundada en marzo de 2023 y desde entonces ha atendido más de 7.200 víctimas. Es decir, aproximadamente seis casos por día hasta la fecha.
Dentro de esos casos han acompañado a mujeres indígenas y campesinas que, según su contexto sociocultural, socioeconómico y geográfico presentan retos adicionales.
Ximena Ordoñez: En esos territorios el dolor tiene otros silencios, otras capas, otros obstáculos. A las mujeres indígenas y campesinas las hemos acompañado con respeto profundo a sus raíces, reconociendo que sus luchas tienen una dimensión histórica, cultural y comunitaria.
Nuestro acompañamiento ha sido itinerante, sensible y adaptado a sus realidades. Caminar sus caminos, escuchar en sus idiomas, comprender sus formas de crianza y sus redes de apoyo. Con ellas el proceso no es solo jurídico y psicológico, es también territorial, espiritual y colectivo.
Valeria Ortiz: Según algunos estudios, estas son algunas de las principales características y manifestaciones de esa conducta violenta:
- Es una violencia indirecta: Se ocasiona porque el agresor deja de tener el control o alcance directo de la víctima y para ello utiliza un tercero. Por eso su intencionalidad es dañar y dominar a la mujer.
- Se presenta en un contexto de violencia de género, es decir que previamente ya se identificaban otras violencias contra la madre.
- Descuido o abuso: Ponen en peligro el bienestar físico de los niños para angustiar a la madre. En algunos casos, llega al asesinato de sus hijos e hijas. Es decir que, toda violencia vicaria es también maltrato infantil.
- Interferencia en la relación: Intentan obstaculizar o dañar el vínculo afectivo entre la madre y sus hijos e hijas. Esto puede ocasionar un daño psicológico en la mujer, niños, niñas y adolescentes.
Hay que tener en cuenta que, como se mencionó antes, en la violencia vicaria se utilizan principalmente a los hijos e hijas para dañar a la mujer, pero no son los únicos, pues se pueden utilizar a otras personas cercanas o animales de compañía para causar sufrimiento y controlar a la mujer.
Ximena Ordoñez: El Estado debe nombrar la violencia vicaria en la ley, reconocer las ambigüedades y actuar con contundencia. Necesitamos rutas claras de atención, operadores judiciales formados, fiscales que entiendan el patrón de violencia, defensores de familia con enfoque de género y de infancia y medidas urgentes de protección entre el vínculo madre e hija cuando está siendo afectado.
También urge inversión real en prevención, acompañamiento psicológico, autonomía económica para las mujeres y refugios que no solo den techo, sino que también den esperanza. Pienso y creo y soy una completa convencida que un país que protege a sus infancias y a sus madres se está protegiendo a sí mismo. Así que necesitamos de voces amigas, de manos amigas. Necesitamos voluntad política.
Valeria Ortiz: En la actualidad, existen dos proyectos de Ley en Colombia que buscan llenar ese vacío, dar claridad sobre cuáles son las características de ese tipo de violencia y garantizar la protección a las mujeres y a las infancias:
1. El proyecto de ley contra la violencia vicaria busca reconocer e incorporar dentro de la Ley 1257 de 2008 el término de la violencia vicaria como un tipo de violencia contra la mujer.
2. El proyecto de Ley Gabriel Esteban busca tipificar como delito en el Código Penal la violencia vicaria y castigar el daño causado a la madre o el padre. Es decir que, no reconoce la violencia vicaria como un tipo de violencia basada en el género.
Aunque el proyecto de Ley Gabriel Esteban surgió tras el caso del niño Gabriel Esteban que fue asesinado por su padre en 2022 como un acto de venganza hacia su madre por la nueva vida que estaba construyendo, va en contravía del término acuñado por Sonia Vacco, quien afirma que la violencia vicaria es una violencia contra la mujer por el hecho de ser mujer.
Sonia Vaccaro en la conferencia virtual sobre violencia vicaria: "Los hombres no pueden ser víctimas de violencia vicaria en el marco de la violencia vicaria como violencia de género, violencia contra la mujer por el hecho de ser mujer. Como bien señaló la encargada de ONU Mujeres en Colombia, al principio la señora Bibiana Aído, no estamos frente a una violencia per se, porque si todo es violencia, nada es violencia".
Por lo tanto, aquí estamos hablando de violencia contra la mujer por el hecho de ser mujer y la violencia vicaria es un subtipo de esa violencia.
Ximena Ordoñez: Lo más difícil ha sido romper la incredulidad. La sociedad todavía romantiza el rol paterno sin cuestionar cuando se convierte en un poder abusivo. Falta entender que no todo conflicto es un problema de pareja y que existen hombres que instrumentalizan a las infancias para lastimar a la madre.
Además, este tipo de violencia se esconde entre trámites, sentencias y justificaciones legales que la disfrazan. La dificultad está en hacer que el país mire de frente a un dolor que, tal vez, preferiría no nombrar, pero que existe y que destruye vidas.
Valeria Ortiz: Este episodio hace parte del formato voces en primer plano de El Megáfono. Les habló Valeria Ortiz, periodista de Consonante.
Créditos:
Locución: Valeria Ortiz
Guión y entrevista: Valeria Ortiz
Edición: Valeria Ortiz
Ilustración: Camila Bolívar
Coordinación general: Ángela Martin Laiton
Canción: Sin miedo
Artista: Vivir quintana
Adaptación para Colombia: Natalia Rojas
Arreglo musical: Brina Quoya
Cantantes: La Cobo, Brina Quoya, May Cinamoon, Angela María Muñoz y María Elena Anchico
