Por estos días de fin de año en cada esquina del caribe colombiano hay música. Suenan reguetones, champetas, bachatas, “Joesón”, entre otros ritmos y canciones nuevas. Sin embargo, aunque hayan pasado 80 años, hay algunos vallenatos que siguen amenizando las parrandas costeñas. Estas canciones cuentan historias que, para la mayoría y especialmente para los más jóvenes, son desconocidas, pero que han configurado un relato de región y un estilo musical inconfundible.
José Luis Simanca, un cienaguero de 29 años que en redes sociales es conocido como “Primo E’Costa”, se ha dedicado los últimos cinco años a producir contenidos sobre las tradiciones del caribe. Inicialmente, a través de frases, pero luego también con escritos más largos y videos. En esos años ha cultivado casi un millón de seguidores en todas sus redes. Simanca, además de contar historias sobre gente, pueblos y hasta espantos de la región, también relata las historias de canciones famosas.
Consonante hizo esta lista de cinco canciones que suenan por esta época y que “Primo E’Costa” ha narrado en sus videos.
- La víspera de año nuevo
Este vallenato costumbrista que tiene casi ochenta años no cuenta la historia de la fiesta de año nuevo, sino una historia de un amor que se pone en peligro. Según “Primo E’Costa”, el protagonista de los acontecimientos es precisamente el compositor valduparense Tobías Enrique Pumarejo. El músico, cuando era joven, se escapó con su novia porque la familia de ella no estaba de acuerdo con los amores de los jóvenes. Sin embargo, ese amor prohibido nuevamente se pone en riesgo por cuenta de las parrandas que para mitades del siglo pasado duraban, al menos, una semana completa.
El novio se perdió durante varios días, dejando a la novia lejos, en un pueblo desconocido y sola. La canción, que sigue sonando cada fin de año, la interpreta el cienaguero Guillermo Buitrago.
Vea aquí el video: La víspera de año nuevo
- El cantor de Fonseca
El rostro de Carlos Huertas está inmortalizado en la plaza Tierra de Cantores de Fonseca. Él y su canción “El cantor de Fonseca” pusieron a este municipio del sur de La Guajira entre las tierras más importantes para el género vallenato. Huertas, con el sonido de su guitarra, cautivó a más de uno. “Primo E’Costa” narra que la pregunta con la que comienza la canción se la hicieron a Huertas en Santa Marta: “Alguien me dijo: ¿de dónde es usted, que canta tan bonita esa parranda?”. Y es que la guitarra de huertas no sonaba a lo que se escuchaba en Valledupar, en Magdalena o en Bolívar. En la canción, además de retomar la anécdota, Huertas utiliza su composición para contar la historia del vallenato guajiro a través de los grandes cantantes y acordeoneros, incluso de las dinastías que persisten hasta hoy, como la de los Brito.
Escuche aquí quiénes son todos los músicos que menciona Huertas: El cantor de Fonseca
- Momentos de amor
“¡Ay, corazón, mira bien! ¿De qué vale recordar momentos de aquel querer, si ya nunca volverá?”, dice el coro de Momentos de amor, escrita por Fernando Meneses en 1975. La historia que ha contado el compositor es que la escribió por una mujer que conoció y que estaba recién separada. Meneses ha dicho que le tomó solo diez minutos escribir la letra de la canción. Hizo estos versos mientras desarrollaba su rural de Medicina en un pueblo ribereño.
Vea aquí la historia de cómo la canción llegó a ser grabada por Rafael Orozco e Israel Romero: Momentos de amor
- Lluvia de verano
Cada vez que en el caribe se escucha el clásico que canta Diomedes Díaz y que compuso el maestro Hernando Marín, la gente pronuncia el nombre de un hombre desconocido. Lisímaco Peralta. “Como Lisímaco Peralta, voy a cambiar de comedero”, dice uno de los últimos versos. Pero, ¿quién era Peralta?
La canción, al principio, no habla de él, sino del momento en que una persona superó el desamor, dejó salir del corazón los resentimientos y finalmente puede continuar viviendo tranquilo.
“Ya no tengo ni penas ni sufrimientos Ya se fueron como el viento huracanado Y las penas que me ardían dentro del pecho De penas y sufrimientos se acabaron”
Sin embargo, la canción toma un giro al final. El hombre, ya recuperado de los malos amores, dice que, de todas formas, tiene “talla de hombre mujeriego”. Es ahí cuando menciona a Lisímaco Peralta. Este era un guajiro que, por los años 70, terminó metido en el negocio de la marihuana, lo que entonces se llamó la bonanza marimbera. Peralta se fue a vivir a Santa Marta. Allí conoció a Marín y le contó su historia. Marín consiguió que Diomedes grabara la canción, incluso con el nombre de Peralta. Sin embargo, “Primo E’Costa” narra que la fama que trajo la canción, también le llevó la desgracia a Peralta.
Escuche la historia de esta tragedia: Lluvia de verano
- 039: la historia no oficial
La historia oficial de la canción “039” es la que ha contado Alejandro “Alejo” Durán. Cuenta un viaje por río que Durán hizo desde el puerto de Montelíbano y en el que iba con Irene Rojas, una mujer hermosa de quien el compositor se enamoró. Irene, al bajarse a la chalupa, se subió en un carro de placa 039, en el que continuó su camino. “Cuando yo venía viajando, viajaba con mi morena. Y al llegar a la carretera se fue y me dejó llorando”, dice la primera estrofa de este vallenato, que tiene solo dos estrofas y un coro”.
Sin embargo, en el corregimiento de Zárate, en Plata (Magdalena), el relato de cómo nació esta canción es uno muy distinto, empezando incluso por el compositor. “Primo E’Costa” conoció que en Zárate se dice que quien compuso el “039” fue el acordeonero Alberto Luna. El hijo de este músico le contó al influencer y narrador que la canción no cuenta un viaje en río. Por el contrario, cuenta una tragedia: la muerte de una mujer embarazada en un accidente de carro de placa 039.
Escuche la historia completa: 039