Erickson Díaz: El pasado 7 de agosto, día de la independencia de Colombia, el presidente Gustavo Petro dio un discurso que generó tensiones con Perú, el país vecino.
Desde Leticia, en el departamento de Amazonas, el presidente defendió la soberanía de Colombia sobre Santa Rosa, una isla entre ambos países que se formó con el cambio del cauce del río Amazonas.
En 1922, Colombia y Perú firmaron el Tratado Salomón Lozano que delimita las zonas que corresponden a cada país. Sin embargo, en esa época la isla Santa Rosa ubicada en la región amazónica no existía. Entonces, ¿a quién pertenece?
Aunque se formó esta disputa, quienes habitan esa parte de la Amazonía y comparten frontera, se cuestionan el ser nombrados colombianos o peruanos, ya que pertenecen a una misma región.
Olga López: “Me siento muy feliz de ser peruana pero también amo a mi Leticia, a mi Colombia”.
Erickson Díaz: La señora Olga Isaura López es una peruana que llegó al municipio de Leticia en Colombia, a sus 17 años en compañía de su esposo Demetrio Díaz, su primer amor, quien le demostró que no importaban las fronteras porque lo importante era mantener vivo su amor y conformar una familia.
Olga López Matius: Todas mis cosas, toda mi juventud, todo mi matrimonio lo realicé muy niña, tanto en Tabatinga como en Colombia. Luego regresé a mi Perú para casarnos con el papá de mis hijos y luego retornamos nuevamente para Tabatinga y luego mi vida que la hice fue en Colombia.
Erickson Díaz: La vida de la señora Olga, como la de muchas otras personas de la región amazónica, ha transitado entre las fronteras de Perú, Brasil y Colombia. Su familia no se identifica de un país u otro porque se reconoce como amazónica. Sin embargo, al hablar de la Amazonía, sí hay una diferenciación establecida de la soberanía que tiene cada uno de los países que hacen parte de la región.
La selva tropical más grande del mundo cubre a ocho países. Entre ellos, Colombia y Perú quienes comparten frontera en la parte más profunda del río Amazonas. Ambos firmaron el Tratado de Salomón Lozano de límites y navegación fluvial, celebrado el 24 de marzo de 1922. Perú cedió a Colombia la margen izquierda del río Putumayo en Tarapacá, un municipio que hace parte del corredor Trapecio Amazónico; ese corredor también está compuesto por Leticia, la capital de Amazonas; y Puerto Nariño, municipio a orillas del río Loretoyacu. Esa zona es la que le permite a Colombia tener acceso al río Amazonas.
Sobre el Tratado Salomón Lozano, que se firmó hace más de un siglo, el presidente Gustavo Petro pidió entablar diálogos con Perú para discutir la soberanía de la isla Santa Rosa. A lo que la presidenta Dina Boluarte respondió:
"Quiero además felicitar el que varias instituciones, políticos, pero la sociedad en general allá en nuestro querido Perú hayan salido de manera unida para poner su voz en el tema de nuestra soberanía nacional. Soberanía nacional que no está en conflicto, que no está como un tema pendiente de tratar de ninguna manera y así lo dice el Tratado del año 1922 y en consecuencia nuestra isla Chinería con su capital Santa Rosa de Loreto es jurisdicción peruana y está dentro de nuestra soberanía nacional, por lo que no hay nada pendiente que tratar con nuestro hermano país del norte con los hermanos colombianos", presidenta Dina Boluarte.
Erickson Díaz: En el momento en que se firmó el Tratado no se tenían previstos los movimientos naturales del río. Con los años, no solo se formó la isla Santa Rosa, sino que Leticia se ha ido alejando del cauce del río. Es decir que, lo que defiende el presidente Gustavo Petro, más allá de la jurisdicción de la isla, es que la frontera de Colombia en la región amazónica siga teniendo un puerto internacional con acceso directo al río Amazonas.
"Y si el brazo del río se está secando, la frontera de Colombia no es el brazo seco. Es la línea más profunda del lecho del río Amazonas. Y ese principio no se puede abandonar. Si el brazo seco del río Amazonas que pasa por aquí se va secando, entonces la frontera de Colombia va hacia el sur.
Y el pueblo de Leticia, su municipio sigue y mantiene su contacto con el río y sigue siendo puerto puerto internacional. Ese es el objetivo", presidente Gustavo Petro.
Erickson Díaz: Mientras el malestar social alrededor de esa disputa crece entre los países y algunos habitantes, otras personas se preocupan por lo que se pueda desencadenar en la convivencia de quienes viven en la triple frontera.
Sara Alejandra Ferreira : No debemos olvidar la larga historia de convivencia y hermandad que ha existido entre los pueblos de Perú, Colombia y Brasil. Cabe resaltar que nuestra vida diaria en nuestra zona se rige por una dinámica de integración natural, donde las fronteras políticas son permeables y las comunidades comparten a sus familiares en lo cultural y hasta en lo económico, es muy importante recalcar que se trata de un lugar donde la identidad local y la dependencia mutua superan en la mayoría de los casos las divisiones nacionales.
Erickson Díaz: A quien acaban de escuchar es Sara Alejandra Ferreira Ipuchima, indígena colombiana de la etnia Cocama. Orgullosa de sus raíces, se esfuerza por estudiar y prepararse profesionalmente para ayudar a su familia y a su comunidad. Ella vive en Leticia, pero tiene familia peruana y brasileña, por eso desde pequeña ha sido testiga de la vida sin fronteras.
Sara Alejandra Ferreira: La idea de una identidad amazónica, en lugar de una nacionalidad creo que es una forma de reconocer la realidad de la región. Para muchos las fronteras terrestres o fluviales no definen nuestra identidad, ya que la selva, el río Amazonas y las costumbres compartidas son lazos que nos unen. La idea de una identidad que, en este caso la llamamos amazónica, es un enfoque que prioriza el sentido de pertenencia a un ecosistema y una cultura compartida en contraste con las divisiones políticas, que a veces parecen ajenas a la vida de las comunidades locales.
Erickson Díaz: La cultura, las costumbres y las dinámicas, como menciona Sara Ferreira son lazos que unen a esta región, pero no son recientes. Lo que hoy es Leticia, municipio colombiano, en algún momento perteneció a Perú.
Según el sociólogo Carlos Zárate, en su texto Espacios urbanos transfronterizos en la historia de la Amazonía, en 1851 Brasil firmó con Perú un acuerdo de navegación y límites que les permitió mantener, durante casi dos décadas, el monopolio de la navegación y el control del río Amazonas.
Luego, en 1858 ambas naciones acordaron respectivamente como frontera la población de Tabatinga que, en la actualidad sigue siendo de Brasil, y de ésta para el norte la línea recta que va a encontrar de frente al río Japurá en su confluencia con el río Apaporis.
La población de Leticia fue fundada en 1867 como parte del departamento de Loreto, que hoy en día sigue siendo de Perú. Sin embargo, como les contamos anteriormente, en 1922 con el Tratado firmado, Colombia se quedó con el Trapecio Amazónico, incluída allí Leticia.
Por eso es muy fácil encontrarse en Leticia, Tabatinga y algunos municipios de Loreto con personas nacidas en cualquiera de los tres países. Por ejemplo, Marco Tulio es un brasileño casado con una mujer Ticuna y con hijos nacidos en Amazonas, Colombia. Su familia es un ejemplo de la mixtura de la diversidad en las familias, no solo por las naciones, sino por la ancestralidad del territorio, ya que su esposa es indígena Ticuna brasileña de madre colombiana y abuelos peruanos.
Marco Tulio: Este territorio que es muy peculiar, muy único y tiene sus idiosincrasias, sus unicidades que lo ponen como un poco aparte del resto del mundo. Somos como una zona autónoma donde los tres países se confluyen alrededor de un territorio, de una gente común. Es como si la frontera existiera en el mapa, pero en el la rutina del día a día no.
Mucha gente vive en Leticia, va a trabajar en Tabatinga, o al revés, hay gente que cruza todos los días desde Santa Rosa para trabajar en Tabatinga y regresa a la casa para dormir ahí. Es un territorio muy fluido, muy abierto, es fluido.
Nosotros que vivimos acá, no somos ni brasileños ni colombianos ni peruanos, como si fuera un país autónomo, un país aparte, una zona que se regla a sí misma. Estamos muy lejos de de las capitales, ¿no? A 1000 km de Lima, 1000 km de Bogotá, 1000 km de Manaos, que ni siquiera es capital de Brasil. Pero a veces nos olvidamos de qué país somos, en cuál país estamos. Estamos en el país frontera.
Erickson Diaz: El 22 de agosto se realizó una marcha pacífica en Leticia, convocada por el escritor Francisco Salas, defensor de la triple frontera como territorio de confraternidad y unión, para ayudar en estos momentos de tensión a apaciguar el ambiente.
Francisco Salas: Soy hijo de esta triple frontera, hago parte de la mixtura de brasileros, de peruanos y colombianos y a mí me duele la forma en que quieren utilizar nuestro territorio como un territorio de guerra, un territorio donde todo el mundo se mezcle con la sangre de nuestros hermanos. No queremos guerra por la isla de Santa Rosa.
Lo de Santa Rosa tendrán que redimirlo en las mesas de diálogo. Por eso propongo en el día de hoy para que la próxima semana salgamos todos peruanos, brasileros, colombianos, indígenas, mixturas, gente de otras partes a que hagamos una gran marcha por la paz de esa triple frontera.
Saldremos sí, desde la frontera con banderas, con pancartas, con tambores, todos a decirle al mundo en esta gran globalización de que somos hijos de paz, somos gente de tranquilidad...
Erickson Diaz: Según se anunció, el 11 y 12 de septiembre habrá diálogos entre ambos países. Sin embargo, la crisis diplomática no cesa, ya que el 7 de septiembre los habitantes de Tres Fronteras, localidad peruana ubicada en la provincia de Putumayo, encontraron una bandera colombiana ondeando en la plaza principal del pueblo. Este suceso fue calificado como “una falta de respeto a la soberanía nacional”
Mientras se esperan las conversaciones que buscan delimitar la soberanía de la isla Santa Rosa, hoy somos más los habitantes de esta región que nos sumamos en la lucha por la construcción conjunta de hermandad y por el preservar las dinámicas de la triple frontera y resolver en conjunto con nuestros hermanos vecinos de Perú y Brasil.
Francisco Salas: La situación de ser colombiano, peruano o brasilero es algo imaginario definitivamente, porque aquí vivimos en paz. Aquí disfrutamos de todas las cosas que nos ofrece este mundo amazónico. Definitivamente yo pienso que ser amazónico creo que es realmente lo que sentimos nosotros.
Es eso, ese hombre de selva, sin tener nada que ver en circunstancias de ser peruano, brasilero y colombiano.
Este es un episodio de El Megáfono, un pódcast de Consonante.
Les habló Erickson Díaz con el acompañamiento de Valeria Ortiz.