Se recogieron 50 bultos de desechos enterrados, hasta la fecha se desconoce cuántos de estos fueron arrasados por la quebrada El Bosque. Sin embargo, los epidemiólogos consultados por Consonante aseguran que no se deben minimizar los riesgos biológicos, tóxicos, contaminantes y las lesiones que pueden generar en la comunidad.
“Los riesgos mecánicos (de lesiones) van a persistir si hay agujas, elementos cortopunzantes u oxidados que pueden generar contaminación en heridas. El riesgo biológico, debido al paso del tiempo, es posible que sea mínimo y que las bacterias y virus no hayan sobrevivido. Los tóxicos dependen de las prácticas del hospital en el laboratorio o si tenían equipos con plomo o asbesto”, dice Lyda Osorio, médica epidemióloga y profesora de la Universidad del Valle.
Los detalles
El 25 de agosto se desprendió la tierra en la zona del garaje y el guaje del Hospital San Roque. Este lugar era utilizado como botadero de desechos hospitalarios, según las directivas del principal centro médico del Carmen de Atrato.
El Hospital San Roque es un centro médico de primer nivel, que abarca la atención preventiva y cuenta con médicos generales, enfermeras y auxiliares que prestan servicio de hospitalización, toma de imágenes diagnósticas, laboratorio clínico y consultas externas y de urgencias médicas y odontológicas.
Fueron 50 bultos de basura que recogió el Consorcio Ambiental Empresa De Servicios Públicos S.A - Coambiental, que tiene contrato con el hospital y se encarga de recoger los desechos biológicos cada ocho o quince días. Los otros residuos que terminaron en la quebrada El Bosque son responsabilidad de Codechoco, la máxima autoridad ambiental del departamento del Chocó.
El río Atrato fue reconocido por la Corte Constitucional como un sujeto de derechos en la sentencia T-622 de 2016, que ordena además al Estado colombiano proteger y generar planes de conservación de esta cuenca hídrica que nace en el Cerro Plateado del municipio de El Carmen de Atrato y es la más caudalosa de Colombia.
¿Qué dicen en el hospital?
Después del desprendimiento de tierra, Marisol Usuga Mazo, gerente del Hospital, publicó un comunicado en redes sociales en el que aseguraba que los desechos eran de los años 70 y 80, y que había articulado acciones con la empresa Miner S.A y Codechocó para asegurar que no se presentara ninguna afectación a futuro pero no dio detalles.
“Consultamos además con un epidemiólogo y dice que todos los virus que estaban en esos desechos ya no están inoculados. El riesgo es que se vayan al río [Atrato] y que alguien se pueda lastimar”, dice la gerente del hospital. Usuga afirma que ahora la responsabilidad de revisar y presentar un plan de acción para las afectaciones de los residuos en la cuenca hídrica recae en Codechocó. Sin embargo, la autoridad ambiental del departamento aún no se ha pronunciado.
¿Cómo se debería botar este tipo de desechos?
Dionne Cruz, presidenta de la Asociación de Salud Pública, explica que la reglamentación para la disposición de estos desechos se ha fortalecido en los últimos 20 años, para que los desechos no fueran enterrados a las afueras de los centros médicos y así evitar la propagación de enfermedades y la contaminación de la tierra y las cuencas hídricas.
Hay varias normas que regulan la disposición de residuos hospitalarios. Por ejemplo, el Decreto 2676 del 2000, la Resolución 1164 de 2002 y el Manual de Procedimientos para la Gestión Integral de los Residuos Hospitalarios y Similares que fue realizado por el Instituto Nacional de Salud en 2010. Las secretarías de salud y de ambiente municipales y departamentales deben vigilar y ejercer el control para que se cumplan estas normas.
“La ley es estricta. Usualmente se hace una revisión antes de entrar en funcionamiento una institución de salud sobre la ruta hospitalaria y el manejo de los desechos hospitalarios y se hacen las visitas de seguimiento. Cualquier hallazgo genera distintos niveles de sanción, desde un plan de mejoramiento en un tiempo específico hasta el cierre del establecimiento”, afirma Lyda Osorio.
Los peligros
Para los epidemiólogos y epidemiólogas resulta difícil hablar sobre los efectos de estos desechos, ya que no tienen un informe sobre los desechos hospitalarios del Hospital San Roque. Sin embargo, coinciden en que las agujas y los frascos enterrados son un riesgo. Advierten que es necesario hacer estudios que permitan crear un plan para proteger a la comunidad y el medioambiente.
“Sería bueno tener un acta de lo que había enterrado. Alrededor del 70-80 % de los desechos hospitalarios no son peligrosos pero merecen un manejo adecuado porque son contaminantes”, dice Lyda Osorio.
“No es suficiente decir que fue hace muchos años y ya no tienen efecto, es necesario un estudio epidemiológico y ambiental. Ese relleno sanitario informal no está preparado para recibir esos residuos químicos, físicos y biológicos que contaminan la tierra, las aguas subterráneas y producen lixiviados. Puede haber desde tóxicos y metales pesados como mercurio, cadmio, y contaminación microbiológica de virus, bacterias y hongos”, sostiene Luis Jorge Hernández, epidemiólogo y profesor de la Universidad de Los Andes.
Para Dionne Cruz es necesario revisar incluso cuál es el manejo actual de los residuos hospitalarios peligrosos en el hospital porque, “según la Organización Mundial de la Salud, pueden generar SIDA, hepatitis, infecciones, gastrointestinales, respiratorios, intoxicaciones, entre otras patologías. Cuando se vierten de manera inadecuada en cuerpos de agua y ecosistemas, viene la contaminación de suelos, animales y fuentes hídricas”.
¿Qué dice la gente?
Los carmeleños y carmeleñas están preocupados.
"Los desechos hospitalarios nos pueden enfermar si no los manejan adecuadamente y si llevan tanto tiempo debajo de la tierra como los que encontraron en el municipio”, opina Diego Maya habitante de El Carmen de Atrato.
“Es delicado que se haya ido parte de estos residuos al Río. Se entiende que en los años antiguos no había otra manera de depositarlos, pero es preocupante porque es una basura que se demora mucho en su descomposición y contamina nuestro río que recorre toda la cuenca hasta llegar al Golfo de Urabá”, dice Alicia Villegas, una de las guardianas del Río Atrato.
Jhon Mario Jaramillo, quien es un arenero artesanal desde hace años en la vereda El Siete, afirma que “es muy peligroso que bajen objetos cortopunzantes por el Río porque uno se puede perjudicar con eso. Yo me mantengo en el Río porque mi trabajo es la arenay uno no sabe cuándo se puede cortar”.
Alexander Cordero, uno de los barberos del municipio, explicó que los desechos de su negocio como cuchillas, cabello y guantes los lleva al hospital para que les den un adecuado tratamiento, por lo que cuestionó que no se dé “un buen manejo a los residuos (por parte del hospital)”.
Sin embargo, la directora Usuga aclaró que actualmente el hospital no está recibiendo ningún tipo de desechos de las barberías, peluquerías o spas del municipio.
Lo que sigue
Aunque Codechocó no se ha manifestado públicamente, la comunidad está a la espera de que presenten un informe detallado de las afectaciones y un plan de acción para la prevención en la quebrada El Bosque y el río Atrato que durante años ha sido una fuente de ingreso y representación cultural de El Carmen de Atrato. Además, esperan que el Hospital San Roque cumpla con el Plan de Gestión Integral de Residuos Hospitalarios y Similares (PGIRH) que se encuentra actualizado.
Los epidemiólogos y epidemiólogas recomiendan realizar un proceso de sensibilización con las comunidades aledañas a la quebrada y río abajo para saber cómo identificar los residuos y cómo evitar los riesgos. Para Lyda Osorio, se necesita reforzar las rutas hospitalarias, porque "la situación de desechos hospitalarios sigue siendo crítica en muchos lugares incluida la costa Pacífica”.
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