Ilustración: Camila Bolívar
Todo el país Entrevista

'Somos raíces del mismo árbol', Camilo Niño y la defensa de los territorios indígenas

Camilo Niño Izquierdo, Secretario Técnico Indígena de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI), creció en Nabusimake, la capital espiritual del pueblo arhuaco, donde aprendió que el territorio no solo es tierra, sino identidad y vida. En esta conversación, habla sobre el significado del 12 de octubre para los pueblos indígenas, la constante lucha por la defensa de sus territorios, y los desafíos que enfrentan hoy en Colombia para materializar los derechos que la Constitución de 1991 les reconoce pero que aún esperan ver cumplidos.
¿Cómo se hizo este trabajo?
Conversamos con el Secretario Técnico del CNTI a propósito de la conmemoración del Día de la Diversidad Étnica y Cultural en Colombia, el 12 de octubre.

A Nabusimake, la capital del pueblo arhuaco ubicada en la Sierra Nevada de Santa Marta, la nombraron así porque dicen que es el lugar donde nació el sol. Está compuesta por cincuenta casas cuadradas y templos circulares o Kankura.  Ahí, entre la coca, el tabaco y el poporo nació Ricardo Camilo Niño Izquierdo, el actual Secretario Técnico Indígena de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI). 

Camilo creció en la capital de su pueblo, con los suyos, es hijo de José Camilo Niño Suárez, el ‘Sakukū Mayor’, uno de los líderes más queridos y respetados del pueblo arhuaco. Sakukū significa el que piensa o la cabeza y, quizás, ese liderazgo fue el que Camilo aprendió de su papá desde la infancia. En su familia, numerosa, junto a sus diez hermanos y sus padres, se dio a la tarea de pensar en la conservación del territorio, en su defensa. Esa es la razón por la que decidió estudiar Ecología, en la Universidad Javeriana. “Camilo es lo que es hoy por el esfuerzo de su familia, nunca tuvimos recursos, nos tocó muy duro”, dice con la voz pausada.

Cuando su papá murió en 2020 los líderes de su pueblo lo despidieron con estas palabras: “Somos raíces del mismo árbol. Aunque hayamos crecido en diferentes direcciones, nuestras raíces son las mismas y mientras yo esté en pie tú también vivirás, hermano”. Para muchos de los pueblos indígenas de América la pervivencia solo es posible en colectivo. Pensarse a sí mismo en la primera persona del plural, nosotros, es lo que les ha permitido defenderse y sobrevivir por más de quinientos años. 

Ellos mismos han renombrado esta fecha como el Día de la Resistencia Indígena y buscan narrar una historia propia, otra, distinta de las que contaron. 

 El 12 de octubre es la fecha en la que muchos pueblos indígenas marcan el inicio de una historia de resistencia y lucha, ¿cómo se ha resignificado esta fecha desde las comunidades?

El 12 de octubre tiene diferentes maneras de interpretarse para los pueblos indígenas, porque para algunos todavía sigue siendo un tema de celebración, todavía dicen que es el Día de la Raza. Nosotros hemos venido reivindicando la fecha como un tema de conmemoración de esa lucha histórica de los pueblos. Es un día para hablar de la resistencia que hemos tenido, para defender nuestro derecho de existir como pueblos indígenas en el marco de nuestra autonomía, en el marco de nuestro gobierno, en el marco de seguir viviendo y permaneciendo como pueblos con nuestra identidad, con nuestras costumbres, por nuestros sistemas de conocimiento. Eso es reivindicativo porque esa fue una fecha también de exterminio de los pueblos, de esa diversidad cultural y espiritual, de esa diversidad, que va muy ligada al tema biológico. Entonces la extinción de los pueblos también lleva a la extinción de los mismos ciclos naturales y biológicos de los ecosistemas.

 ¿Cómo contribuye la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) a la defensa y promoción de los derechos territoriales de los pueblos indígenas en este contexto histórico?

La Comisión es el resultado de esa misma resistencia, nace de la exigencia de los pueblos indígenas por sus derechos. Desde esa perspectiva, la Comisión nace a partir de una movilización que se da en 1996 porque creíamos, y estábamos convencidos, que con la Constitución del 91 muchas de nuestras exigencias y solicitudes iban a ser resueltas. Entonces creímos que con eso ya se había solucionado una parte, y al no ser así, hubo muchas movilizaciones en el 96 que se registraron y por mandato de los pueblos se decidió crear un espacio en donde pudiéramos dialogar directamente con el Gobierno Nacional para reivindicar esos derechos territoriales. 

La Comisión es fruto de una movilización, es fruto de una exigencia que busca reivindicar la lucha de los pueblos indígenas y generar un escenario en el que se dialoga de gobierno a gobierno. El gobierno indígena busca dialogar sobre la toma de decisiones para que se materialicen los derechos consignados en la Constitución Política del 91 y es aquí cuando el territorio juega el papel fundamental y estructural del pueblo.

 ¿Por qué es tan importante la defensa del territorio para los pueblos indígenas y cómo ello está conectado con la reivindicación de derechos?

El territorio juega un papel fundamental y estructural para los pueblos indígenas porque el territorio es identidad y el territorio es gobierno, cultura, espiritualidad. El territorio es salud y educación. Entonces como primer derecho se planteó la defensa y reivindicación de los territorios. Ahí entra al escenario la Comisión y ella aporta porque sigue exigiendo que ese derecho territorial se materialice. Hoy subsisten en Colombia más de 10 millones de hectáreas que tienen una incertidumbre jurídica frente a los procesos colectivos y reivindicativos de los pueblos indígenas.

Desde su perspectiva, ¿qué desafíos enfrentan hoy los territorios indígenas en Colombia, especialmente en términos de reconocimiento y protección?

Muchísimos. Hemos logrado unos avances significativos muy importantes en el desarrollo normativo, hemos logrado el reconocimiento en primer lugar desde la misma Constitución del 91 en la que se han adoptado convenios internacionales y que hacen parte del bloque de constitucionalidad. 

Pero queda un desafío enorme que tiene la norma y es cómo se implementa esa norma y cómo se materializan los derechos. Colombia es un ejemplo de cómo se puede tener un desarrollo normativo fuerte, pero en el que no se pueden materializar los derechos. Este es uno de los desafíos que tiene el país en todos los niveles, no solo con los pueblos indígenas. 

Por ejemplo, en el caso de los territorios colectivos, Colombia tiene todo el dispositivo jurídico desde hace más de 35 años, tiene claros los tiempos, los procedimientos, todo. Sin embargo, aún subsisten rezagos históricos que no se han podido salvar; solicitudes que han sido radicadas ante la entidades responsables y que no se han podido materializar.

Esa es una demanda que se ha hecho por el acceso también a derechos fundamentales para que se respeten los conocimientos propios…

Claro, por ejemplo, el reconocimiento de la salud propia o salud intercultural está en mora, también el reconocimiento y la vinculación de la educación propia intercultural es un desafío a pesar de que ya hay un desarrollo normativo de reconocimiento propio.

Otro ejemplo de ello es que los pueblos indígenas exigen ser reconocidos como autoridades ambientales en sus territorios y hoy esa es una lucha, porque no se ha podido expedir el instrumento. 

También tenemos un desafío enorme con el tema de participación, porque en Colombia se supone que existe, por ejemplo, el derecho fundamental de la consulta previa, libre e informada, pero no se cumple y todo el tiempo tenemos que estar demandando, exigiendo que se cumpla. 

Finalmente, está el componente territorial del que hablábamos con el que hay más de 1.100 solicitudes para que más de 10 millones de hectáreas sean tituladas como territorios colectivos. Esas adecuaciones institucionales que deben responder a los procesos diferenciales son los desafíos que estamos enfrentando. Y, por supuesto, al tiempo resistiendo a un exterminio físico y cultural de muchos pueblos, ya sea por la violencia del conflicto armado o por sus consecuencias como el desplazamiento, el confinamiento, o las amenazas. 

Bueno, y no podemos olvidarnos del enorme desafío que hay en materia cultural y frente al tema tecnológico de cómo están llegando contenidos de redes sociales a los jóvenes en los territorios. Jóvenes que, además, no tienen oportunidades de educación o trabajo. Son bastante los desafíos que tenemos, pero también luchas que hemos enfrentado con inmensa dignidad.

¿Cómo están conectadas las deudas de los derechos culturales con las altas tasas de suicidio dentro de los pueblos indígenas?

Precisamente es la configuración territorial que se ha dado históricamente. Cuando uno toma el mapa de Colombia y lo mira, los territorios indígenas están en espacios geográficamente muy lejanos, son los espacios fronterizos al mar o a los países vecinos, son los espacios selváticos, los desiertos, las montañas, las sabanas de la Orinoquía colombiana, pero además,. Son zonas inaccesibles y la presencia estatal muchas veces no existe.

 Hay una ausencia total del Estado y eso lo vemos hoy. Eso hace que sobre esos territorios se empiecen a configurar nuevos actores y nuevas economías que han llevado a la presión sobre los pueblos indígenas, y eso también contribuye al tema de los suicidios porque hay lugares donde los están reclutando.

Camilo, este es un país complejo y con muchas disputas territoriales, económicas, lícitas e ilícitas. Quisiera saber ¿cuál es la perspectiva que tienen de un país ideal para la preservación de los pueblos indígenas, en el que puedan vivir y permanecer en los territorios que han habitado desde siempre?

Bueno, el estado ideal de nosotros los pueblos indígenas en primer lugar es que los territorios por los cuales hemos venido luchando y exigiendo sean sanados. El territorio es el primer derecho para acceder a todos los derechos. Entonces, el mundo ideal, es que los territorios, por los cuales hemos venido luchando históricamente, sean formalizados para los pueblos indígenas como está dicho en la Constitución del 91.

Lo segundo que estamos buscando es que se reconozca también nuestro conocimiento milenario. Que nuestros sistemas propios de vida, como el sistema de gobierno, el sistema de salud o el sistema de conocimiento sean vinculantes en los diferentes procesos. Porque, por ejemplo, hablan de salud propia intercultural, pero cuando llega el Ministerio de Salud ellos están pidiendo categorías, información, indicadores que no son diferenciales. Por lo tanto opacan nuevamente nuestro sistema. Entonces en un estado ideal lo que esperamos es el reconocimiento de los territorios, reconocimiento del sistema propio de conocimiento, reconocimiento de los sistemas de salud y educación ese es para nosotros el mundo ideal.

El 12 de octubre es una oportunidad para reflexionar sobre el legado cultural de los pueblos originarios, pero ojalá más allá de lo folclórico. Sino en hechos contundentes como, por ejemplo, un lugar en la paz de Colombia. ¿Qué piensa?

Bueno, los pueblos indígenas en primer lugar siempre hemos buscado la paz en el país; porque la paz nunca ha llegado a los territorios. En este punto hay que entender que la paz no es solamente el silencio de los fusiles. Sino que va mucho más allá, la paz es el cumplimiento de las garantías para una vida digna. La paz de los territorios es también dejar la intervención colonial en la que aún se nos asume como menores de edad, porque así nos siguen tratando. Los blancos toman decisiones que creen que son las mejores sobre nuestro territorio, como si nuestro sistema de vida y de conocimiento no fueran válidos para sus estándares. Igual efectivamente el reconocimiento del territorio va mucho más allá del de un documento que nos otorga el Estado y que nos reconoce como territorio colectivo, sino que también tienen que garantizar la ausencia de actores que no pertenecen allá. 

¿Cómo cree que debería conmemorarse cada 12 de octubre en Colombia para que realmente sea una fecha de reivindicación y reconocimiento de los pueblos étnicos?

Pues, se deben mostrar los pueblos como son, los pueblos indígenas somos seres humanos. Somos seres humanos que han tenido una lucha histórica y que el resultado de esa historia es lo que somos hoy. Generalmente cuando nos muestran quieren mostrar el folklore, entonces sale el indígena bailando, el indígena emplumado, el indígena haciendo prácticas culturales, tocando la flauta, pero no estamos conversando de la deuda histórica de un Estado frente a la reivindicación y lucha de nuestros derechos.

Así que, una forma de conmemorar ese día sería materializar un derecho. Te pongo un ejemplo, nosotros venimos luchando porque se nos reconozca como autoridades ambientales, entonces en un 12 de octubre el Estado colombiano da ese reconocimiento. Creo que es mucho más contundente abrir el acceso a derechos para hacer una verdadera reivindicación.

Pero generalmente cuando hablan de los pueblos indígenas es para exotizar, sin embargo, cuando el indígena dice: nosotros somos sujeto derechos, ahí el Estado entonces ya nos dice que somos de izquierda o que somos contestatarios. Surge la estigmatización. 

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  • Betsabe
    Oct 14, 2024
    Muy bueno, gracias por este gran tema.
  • Doris
    Oct 12, 2024
    No más estigmatizacion para nuestros indígenas, excelente artículo.

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