En Tadó nacen y se cultivan talentos futbolísticos en todos los barrios. Desde el Reinaldo hasta San Pedro, pasando por el barrio Escolar y Villas de Remolino. De esas calles sin pavimentar, en las que se forman barro y charcos cuando llueve, salieron jugadores como Yeimar Gómez, defensa central del Seattle Sounders, y Yeicar Perlaza, defensor en Atlético Nacional. Esto quedó demostrado durante la participación de los dos equipos tadoseños en el torneo Primera C: Mineritos Fútbol Club y Club Nueva Generación de Tadó aseguraron dos de los tres lugares del Chocó para la fase nacional del campeonato.
Durante las 24 semanas que duró la fase regional del torneo nacional, los clubes tadoseños demostraron su nivel. El Club Nueva Generación se mantuvo en la cima de la tabla producto de cuatro empates, ocho victorias y ninguna derrota. Logró 28 puntos. En la segunda fase del torneo se enfrentó al equipo de segunda división del Club Atlético Nacional, donde ya había jugadores profesionales. El primer partido lo empataron (2-2) en Guarne y el segundo, en Quibdó, tras un resultado de 1-1, se fue a penaltis. Ahí venció Nacional y Nueva Generación quedó por fuera del torneo.
Por su parte, Mineritos Fútbol Club se quedó con el segundo lugar de la tabla final de posiciones del torneo regional, con 22 puntos. En la fase nacional perdió contra el Atlético Urabaense por un estrecho margen. Para Carlos Mario Mosquera, representante de Mineritos, esa derrota tuvo que ver con las condiciones en las que jugaron: viajaron durante ocho horas a Guarne (Antioquia) y el mismo día jugaron el partido, pues no tenían plata para pagar hoteles. “No pudimos reconocer la cancha ni aclimatarnos”, explica Mosquera. Sin embargo, para él quedó claro el nivel de los jugadores: “Esta es una vitrina y los muchachos lo entendieron. Tuvieron el ímpetu para enfrentar el reto, sin poner como excusa las adversidades”.
Durante los seis meses que los tadoseños se mantuvieron en el torneo, hubo once jugadores que destacaron. Por ejemplo, durante el partido de ida con Nacional Daniel Palacios Agualimpia, delantero de Nueva Generación, cobró un tiro libre que pateó tan fuerte que, entre los asistentes, se comentaba que el arquero no había visto el balón. La barrera de jugadores del equipo paisa no pudo impedir el gol.
El talento no solo cautivó al público del torneo local, sino también a algunos cazatalentos que iniciaron conversaciones para llevarse a los jugadores a equipos en otras partes de Colombia, Panamá y Ecuador.
A propósito de su participación, Consonante presenta a once jugadores tadoseños que seguramente darán de qué hablar en los próximos años. Todos esperan la oportunidad de cumplir un sueño común: ser futbolistas profesionales.
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Dairon Andrés Palacios Castro
Tiene 28 años y es uno de los jugadores de mayor edad del Club Nueva Generación. Es, sobre todo, un líder. Se desempeña como capitán del equipo y desde ahí tira línea en el juego. En la cancha es defensa central, pero, más que eso, es un muro. Siempre detiene a los delanteros contrarios y, casi siempre, les quita el balón. También se destaca la fuerza con la que patea y manda el balón al otro lado de la cancha. Ha integrado las selecciones de Chocó y Risaralda. Su mayor sueño es ser futbolista profesional. Admira a Sergio Ramos, defensa del Paris Saint-Germain F.C. Anhela debutar como profesional en el Club Atlético Nacional y, a nivel mundial, en el Real Madrid.
Lenin David García
Es un jugador de 22 años que desde muy pequeño cultivó su pasión por el fútbol. Se probó en varias escuelas del país, pero debido a la falta de apoyo económico, tuvo que retornar a Tadó. Su posición en el terreno de juego es de volante extremo por ambas puntas, tiene buen dominio del balón, buena técnica y es fuerte en el uno a uno. Patea fuerte y gambetea a sus oponentes con cierta facilidad. Durante su participación en el torneo Primera C marcó dos goles, y un sinnúmero de asistencias. Es el crack de Nueva Generación. Sueña con ser un jugador profesional y jugar en el Club Atlético Nacional de Colombia, y en el Barcelona Futbol Club, de España. Admira a Luis Díaz, y a Neymar Junior.
Edilmer Gabriel Murillo
Edilmer es rápido. Juega como extremo delantero y se mueve ágil por la cancha. En esa posición destaca por su dominio del balón y la precisión de la patada. El resultado es que hace goles: en el torneo pasado destacó por haber marcado dos. Además, sus entrenadores destacan que es disciplinado y constante, dos cualidades que, a sus 19 años, son claves para desarrollar su potencial técnico. Sin embargo, él piensa que ya está “muy grande” para lograr ser profesional, pero como es el fútbol lo que lo sigue moviendo, va a buscar la oportunidad y a aprovecharla si se presenta.
Luis Elid Sánchez Mosquera
Desde los tres años empezó a jugar fútbol. Hoy, a sus 23 años, ha logrado destacarse como un arquero que le brinda seguridad a su equipo. Tiene buen saque largo y buen achique, es decir, es capaz de salir a jugarle al delantero contrario y a cubrir la portería dejando el mínimo espacio. Elid también es un buen líder capaz de convocar al equipo y motivarlo. Fue el mejor jugador del torneo Primera C y se hizo notar con las atajadas que hizo en diferentes partidos, especialmente cuando enfrentaron al Atlético Nacional en el partido de regreso. En ese juego, Luis Elid sacó varias pelotas de golpe, volando para atajarlas. Precisamente por su vocación de portero, su ídolo es el ex arquero colombiano René Higuita, conocido como "el loco" por su particular forma de parar pelotas y salir al campo de juego a patear.
Michael Alejandro Copete Cossio
Michel Alejandro Copete está terminando grado 11 en la Normal Superior Demetrio Salazar Castillo. Tiene 17 años y desde los seis empezó a jugar fútbol en la escuela del profe Dalio. Se destaca por tener “una riqueza técnica extraordinaria”, dice Carlos Mario Mosquera, representante de Mineritos. Esto permitió que, a pesar de ser uno de los menores del equipo, pudiera jugar en el torneo pasado junto con los mayores. Además, Michael no se desconcentra ni se deja llevar. Mantiene la calma y juega con tranquilidad y agilidad. El joven futbolista ha estado en escuelas de Medellín, Cali y Pereira, pero su último equipo ha sido Mineritos Fútbol Club, donde hizo varias asistencias en el torneo pasado.
Daniel Palacios Agualimpia
A Daniel Palacios le dicen el “amuleto”, porque siempre que entra, soluciona el partido. Es escurridizo, hace buenas diagonales y se destaca en la “pelota quieta”, como lo vio el público en el tiro libre que cobró contra Nacional en Istmina y que terminó en un golazo. Juega como delantero extremo en su equipo y, además de hacer goles, se destaca porque gambetea y piensa, no juega por impulso. Esta técnica la ha mejorado en menos tiempo que muchos de sus compañeros, pues empezó a jugar fútbol cuando tenía 11 años. Hoy, a sus 21, sueña con ser futbolista profesional y jugar, primero en los equipos colombianos América de Cali y Millonarios. Pero si piensa en grande, sueña con llegar al Real Madrid de España.
Yordi Leonel Mosquera Mosquera
Yordi comenzó a jugar fútbol a pesar de que al principio no le gustaba el deporte. Pero a sus 10 años, cuando se dedicaba a trabajar en la tienda que tenía su abuelo, veía a otros niños ir a entrenar, y quiso hacerlo. Le pidió a sus abuelos que, por favor, lo inscribieran en la escuela Estrellas del San Juan, hoy Mineritos F.C. Allí comprendió que podía salir adelante por medio del deporte, y que también era importante estudiar. Hoy está en grado 10, tiene 18 años y en Mineritos ha podido desarrollarse como central y lateral, y también como un líder. Durante el torneo Primera C siempre fue titular, y se destacó por la forma en que defendió. Sus entrenadores destacan que es disciplinado y que no se asusta. El sueño de Yordi es llegar a jugar fútbol profesional para ayudar a su hermana menor, de 14 años.
Yair Stelinson Andrade Sanchez
El “Messi tadoseño”. Así le dice a Yair porque su manejo del balón es destacable y pega fuerte y con puntería. Desde sus ocho años empezó a jugar fútbol en las calles del barrio Reinaldo Perea. Para entonces jugaba con sus vecinos y, cuando no tenían balón lo hacían con tarros. Tiene 21 años y juega como lateral izquierdo, donde se caracteriza por su buena marca y salida. También conduce bien el balón y demuestra fuerza en el mano a mano con sus contrincantes. Yair se probó en Medellín hace algunos años, pero por falta de apoyo económico le tocó retornar a su pueblo. Uno de sus sueños es ser un “inteligente futbolista profesional'', y jugar en Millonarios, también llegar a Europa y jugar en el Barcelona. Admira a los jugadores Marcelo de Brasil, y Danovis Banguero de Colombia.
Wilder Estiven Mosquera Ledezma
Wilder juega como volante de recuperación, pero la verdad es que juega perfectamente donde lo pongan. La versatilidad es una de sus mayores cualidades, pero además tiene fuerza, agilidad y, según sus entrenadores, gran “fortaleza mental”. A sus 16 años, como estudiante de último grado de la Escuela Normal Demetrio Salazar Castillo, ya tiene más experiencia y minutos jugados que muchos jugadores mayores que él. En 2020 se probó como jugador del Sócrates Valencia de Risaralda. Incluso compitió en varios torneos en la selección Risaralda. Sin embargo, junto a su familia tomó la decisión de venir al Chocó a terminar su colegio. Cuando acabe espera concretar un ofrecimiento que le hicieron tras su participación en el torneo Primera C, donde marcó dos goles e hizo múltiples asistencias.
Yilmar Vivero Rivas
Yilmar Vivero se siente seguro en la cancha, es entregado y le brinda seguridad a su equipo. En su posición como defensa central es fuerte por abajo y por arriba. En el torneo pasado casi no dejó pasar nada, tanto así que según su entrenador, Hamilton Cossio, fue uno de los cinco mejores jugadores del equipo. A sus 24 años ha desarrollado un buen juego aéreo.
Carlos Andrés Mosquera Agualimpia
Tiene 24 años y lleva la mitad de su vida jugando fútbol. Al principio jugaba solo por diversión, pero pronto se convirtió en su pasión. “Ya lo llevo en la sangre”, dice. Se refiere a que decidió entrenar con disciplina para mejorar su juego, aunque aún le falta controlar sus emociones y a veces se sale de casillas. En el torneo de Primera C se vio la mejora. Hizo dos asistencias que terminaron en gol y aportó al equipo con su facilidad para el cabecear. Aunque su recorrido deportivo es menor al de otros jugadores, considera que el torneo le permitió mostrarse. “Toca demostrar de qué estamos hechos”.